29 de diciembre de 2010

[Relato] El Olivar 5


Sigo saliendo a trotar pese a todo lo que me ha pasado hasta ahora, no se por que lo hago pero tengo que hacerlo a diario es como que una obligación que me refresca. En cuanto a la ruta he decidido usar varias y no repetir la misma más de una vez a la semana o incluso cada dos, por que creo que la rutina fué lo que causo estos encuentros. Así que ahora tambien troto a travéz de las casas que hay en el olivar, por las pistas sin veredas que lo rodean, cruzo por la casa que esta restaurando la municipalidad aunque extrañamente no he visto avances desde hace un tiempo.

Aunque las rutas ya no las repito las cosas no han quedado ahí, cada vez son más cercanos los encuentros. No se que esta pasando, ¿Es que el mundo se está volviendo loco o será que yo soy el que está loco? Este último encuentro me ha asustado aún más que los anteriores... me ha dejado pensando de lo que podría pasar.

Como dije antes he decidido variar mis rutas de trotes, evitando el lago artificial y la pérgola,  por varios lugares del olivar. Como es de esperarse troto en el pasto a trávez de los árboles de olivo, que estan separados entre 5 y 8 metros uno de otro, en las pistas, aunque ya no veo pasar carros, entre las casas y por otros lugares que he ido conociendo, incluso una fuente con muchos peces y otra pérgola en medio de una pseudo plaza.

En uno de esos trotes, a travéz de un par de casas que hay por ahí, volví con la característica sensación que me pone alerta mientras me llena de miedo. Inmediatamente me puse a buscar por todos lados que era lo que había activado esa sensación pero todo estaba tranquilo como siempre, podía escuchar casi todos los ruidos que eran... no habían ruidos!

Los ruidos de la vida cotidiana no existían! Asustado empecé a moverme hacia la pista y no vi ninguna luz de carro, al continuar la calle que salía del parque la oscuridad empezó a llenar todo; cada vez podía ver menos y cada vez un velo negro denso de miedo me llenaba.
Llegue a un punto donde no veía nada así que tome la decisión de regresar y a cada paso mi vista mejoraba, no entendía lo que estaba sucediendo. Al regresar al parque empecé a trotar de regreso a mi casa lleno de miedo, de repente una gran sombra negra me bloqueó el paso y se quedó ahi parado y quieto. Instintivamente me paré a verlo nos separaban aproximadamente 5 a 8 metros, lo sabia por que estaba debajo de un olivar y yo del siguiente; mientras pensaba esto una risa macabra empezó a llenar el aire, una risa que me heló la sangre y llenó de miedo todo mi ser.

La sombra, se estaba riendo de una manera muy macabra. Reía y repía mientras que el miedo me llenaba, la duda me cegaba y el frío de la noche me sujetaba al lugar donde estaba parado. De repente los ojos de este ser negro se posaron en mí, unos ojos rojos profundos y llenos de odio, furia y deseos de sangre. La risa volvió a llenar el ambiente y mientras no me podía mover esta gran sombra negra se acercó a mí a un paso tranquilo y decidido; sus ojos eran hipnotizadores y su tamaño intimidante.

En unos cuantos pasos pudo abarcar el espacio que nos separaba, en todos esos pasos no pude quitar mis ojos de los suyos ni mover mis pies para huír de ese lugar, un miedo sepulcral me llenaba completamente y me paralizaba. Lentamente la sombra se acerco a mí y me puso una mano en el hombro, no recuerdo bien que dijo pero lo que si recuerdo es que cuando sacó su mano de mi hombro pude reaccionar y empecé a correr. Corrí lo más rapido que pude mientras que a mis espaldas escuchaba la risa macabra y una frase que se quedo en mi mente mucho tiempo después "Puedes correr, pero de aquí no te iras y no hay lugar donde no te pueda encontrar... otra vez."

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