Cuenta la leyenda que los olivares ha sido fuente de gran poder en los cuales se han realizado grandes milagros y terribles sacrificios, por la búsqueda del poder que se encuentra por naturaleza.
Antiguamente se sembraban campos de olivares para poder canalizar estas fuerzas naturalles pero no quedan en el mundo tantos como antes. Duendes, gnomos, silfos, hadas entre otros seres mágicos, existentes ante los ojos ciegos del hombre, son atraidos a estos lugares y confundidos por fantasmas o demonios por los humanos que con miedo se desplazan entre sus árboles y los dulces frutos que dan. Pero también se encuentran seres extraños y ajenos a una naturaleza pacífica como verdaderos demonios.
En el olivar ronda un ser disfrazado en el cuerpo de una niña durante las noches sin luna, una pequeña niña que con su risa atrae a los viajeros incautos para sumirlos a un sueño eterno de pesadillas. Si el viajero de casualidad fuera rescatado de este cruel destino la niña desaparecería a su salvador en las tinieblas del infierno y buscaría recuperar el alma que por derecho ya le pertenece de una manera menos sutil y más dolorosa. Para llevarlo a un limbo eterno de pesadillas en el cual no tendría descanso ni escape.
Es en las noches sin luna cuando más cuidado hay que tener joven viajero, en la oscuridad rondan las peores criaturas de nuestras pesadillas al acecho nuestro para atormentarnos y deleitarse con nuestro dolor.
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