26 de enero de 2011

[Relato] El Olivar 6



El tiempo ha pasado y mi pesadilla en el olivar aun no ha terminado, tengo que salir a trotar todas las noches y ya no recuerdo que hago durante el día, trate de evocar esos recuerdos para olvidar un poco lo que sucede... no pude.

Pero ya no tengo esperanzas de que estos encuentros horribles terminen algun dia o noche, me he dado cuenta que casi todo el tiempo es de noche la última vez que sali a correr. Ya por inercia salgo y trato de no seguir una ruta larga o al menos la misma ruta con la esperanza de que no suceda algo raro pero aun asi no puedo evitarlo.

La última noche que sali a correr tome una ruta pequeña para terminar rapido, corri entre los árboles de olivos pero en un momento ya no pude moverme, no podia despegar mis pies del suelo y cuando vi que era lo que sucedía mi sangre se heló. Muchas manos me tenian agarrado de los talones, no dejaban que me moviera del sitio en el que estaba, en ese momento senti un fuerte ruido que inundó el aire y el miedo me lleno completamente.

A lo lejos pude divisar nuevamente la sombra que se acercaba lentamente, deseaba irme de ese lugar pero no podía por las manos podrias que me aferraban al suelo, mientras se acercaba a los costados pude distinguir a aquel engendro de fango que vi cerca al lago artificial y la demonio gris de la pergola. Ambos dieron un grito triunfal al aire mientras se acercaban lentamente a mi, mi miedo y desesperación ya no podían más y mientras trataba de soltarme de las manos me herí mucho los talones. Se acercaban más y mas, mientras que mi desesperación crecía a cada momento.

Finalmente estuvieron cerca mío mirandome directamente aquellas tres criaturas del infierno, sus miradas clavadas en mi ya me hacían daño y el miedo inundaba mi ser. Nos rodearon un gran grupo de sombras como las que veía antes, paradas e inertes eran sólamente espectadores a lo que se avecinaba. En un momento dado ambos demonios saltaron sobre mi y empezaron a torturarme de maneras inimaginables, el miedo me consumía, el dolor me compía por dentro y mi angustia no tenía comparación. Cuando ya no pude más estaba por desmayarme y escuche nuevamente aquella risa de la niña que vi al principio, las últimas imágenes que vi fue de la niña saltando alegremente alrededor de los demonios mientras estos me destruían desde adentro.

Me desperté hace un momento en mi cuarto y en mi cama, todo había sido un sueño un muy mal sueño. Pero no es asi, mi cuerpo muestra el daño en los tobillos que me hize al tratar de escapar, mi cuerpo muestra aún las marcas de la tortura a la que fui sometido y ya es de noche tengo que salir a trotar.

1 comentario:

† David der Nacht † dijo...

Genial! tortura de día y atormentado de noche. No tendrás narcolepsia?